Vitor Silva/BFR

El sueño se hizo realidad. Botafogo, el histórico club de Río de Janeiro, escribió este sábado un capítulo glorioso en su historia al conquistar su primera Copa Libertadores tras vencer 3-1 a Atlético Mineiro en una final épica disputada en el Estadio Monumental de Buenos Aires.

El título no solo simboliza la supremacía del equipo carioca en Sudamérica, sino también una hazaña sin precedentes: logró imponerse con un jugador menos desde los 35 segundos de juego, luego de la expulsión de Gregore por una entrada peligrosa.

Pese a jugar con 10 hombres desde los primeros segundos, el equipo carioca superó todas las dificultades y demostró su grandeza para alzarse con el trofeo más importante de Sudamérica. Botafogo mostró un temple inquebrantable. La expulsión no frenó su ambición, y Luiz Henrique abrió el marcador al minuto 35 con una definición certera que desató la locura entre los miles de hinchas del Fogão presentes en el estadio.

Minutos después, Alex Telles amplió la ventaja desde el punto de penal al 44’, sellando un primer tiempo impecable para los albinegros. Atlético Mineiro intentó reaccionar y logró descontar al inicio del segundo tiempo con un gol de Eduardo Vargas al 47’. Sin embargo, los intentos del Galo se quedaron cortos ante la sólida defensa botafoguense.

Cuando el partido parecía llegar al final con incertidumbre, Junior Santos sentenció la victoria en el tiempo de descuento (90+7′), coronando una actuación heroica del equipo dirigido por el portugués Artur Jorge.

Un triunfo épico y un futuro prometedor

El título no solo representa la primera Copa Libertadores en los 120 años de historia del club, sino que también marca el segundo trofeo internacional del Botafogo, tras ganar la Copa Conmebol en 1993. Este logro asegura su lugar en la próxima Copa Intercontinental, donde enfrentará al Pachuca de México el 11 de diciembre en Doha, y en el Mundial de Clubes de 2025 en Estados Unidos.

“Una victoria épica, probablemente la más grande en una final de Libertadores. Tener un jugador menos desde el inicio y aun así ganar de esta manera solo lo logra un equipo con este espíritu competitivo”, declaró Artur Jorge, emocionado tras el partido.

Por su parte, Luiz Henrique, autor del primer gol, destacó la importancia de seguir enfocados: “Hay más títulos en juego. Este es solo el comienzo”.

La celebración en Río de Janeiro

El regreso del Botafogo a Río de Janeiro fue apoteósico. Cerca de 10,000 aficionados se congregaron para recibir a los campeones y festejar el primer título continental del club. Rafael da Silva, uno de los pilares defensivos del equipo, expresó la emoción del grupo: “Es algo mágico, algo que solo pasa con Botafogo”.

El triunfo de Botafogo en la Libertadores no solo asegura su lugar en la élite del fútbol sudamericano, sino que también reafirma el poderío brasileño en el continente, que sigue dominando la competición más prestigiosa de clubes.

La Estrela Solitária brilla más fuerte que nunca, y su histórica conquista quedará grabada como una de las gestas más memorables en el fútbol sudamericano.

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